Carta a la muerte.

A la muerte le quiero dejar el cuerpo que me dio la vida;
Le dejo mi alma rota, las miles de historias que viví…
No soy más que carne y hueso,
cuando la muerte llegue, le daré el abrazo que merece,
le daré las gracias por acompañarme,
las gracias por darle sentido a esta vida tormentosa.

A los que se quedan en vida los veré desde la nada,
los compadeceré por vivir en la eterna angustia.
A mis amigos los acompañaré en sus recuerdos,
                     a mi amada la contemplaré platónicamente, como quien observa el ocaso               
y a mis viejos me les cruzaré en los sueños para saludarlos.

Gracias querida muerte por las alegrías y tristezas;
es la hora de reunirme con mis antepasados.
¿Qué sería de la vida sin ti mi querida muerte?
Ese frío abrazo que guía hacia la eternidad,
ese arduo trabajo eterno de liberar el alma de los que sufren,
y esa eterna incomprensión de los que te lloran y te veneran.

A ti te dedico estas líneas, no estás solo, hoy serás mi acompañante,
hoy seré yo quien te escuche y te consuele, porque después no seremos más que olvido… 

Fotografía: Eye
Autor: Escher


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