5:30 a.m.

Sentada frente a la ventana, me acompaña el primer café del día. Mi cabello está desordenado, puedo ver a la gente de traje corriendo en busca de un coche y ocultándose de la lluvia. Al parecer mis ojos ven de cerca la rutina, pero mi mente se encuentra lejos de ella, tan lejos que no recuerdo que día es hoy; el presente no tiene ganas de asomarse por mi mente, pienso en lo complicado que fue el pasado y en la incertidumbre que produce el futuro.

No estoy segura de cuánto tiempo ha pasado desde el primer sorbo, a mi me parece una eternidad, pero dos gotas calientes de café que han caído sobre mi pierna, me confirman que una vez más... mi mente está jugando conmigo.

Gabriela Linares.
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